Miguel García-Posada era el mejor crítico literario de la prensa española. Desde mediados de los años ochenta, cuando comenzó su colaboración en el ABC Cultural, había desarrollado una extraordinaria labor crítica que lo situaron como un referente en su ámbito.
En estos tiempos, en que es tan difícil orientarse entre la inmensa cantidad de títulos publicados, la lectura de las críticas de García-Posada sirven para hacerse una imagen de lo que debe tener y debe buscar un buen crítico: cultura literaria, independencia, y capacidad explicativa y valorativa. Unos rasgos que permiten al lector fiarse del crítico, dejarse orientar por él, y que, al tiempo, hacen posible que, de darse la disensión, esta pueda generar un debate intelectual sobre unos fundamentos mínimamente rigurosos. CM
En estos tiempos, en que es tan difícil orientarse entre la inmensa cantidad de títulos publicados, la lectura de las críticas de García-Posada sirven para hacerse una imagen de lo que debe tener y debe buscar un buen crítico: cultura literaria, independencia, y capacidad explicativa y valorativa. Unos rasgos que permiten al lector fiarse del crítico, dejarse orientar por él, y que, al tiempo, hacen posible que, de darse la disensión, esta pueda generar un debate intelectual sobre unos fundamentos mínimamente rigurosos. CM
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