A punto de terminar la lectura de esa inesperada obra maestra que es Austerlitz, de W. G. Sebald, me encontré con el siguiente fragmento:
"En algún momento posterior, dijo Austerlitz, vi una vez, en un documental en blanco y negro sobre la vida interior de la Bibliothèque Nationale, cómo los mensajes neumáticos pasaban rápidamente de las salas de lectura a las estanterías, a lo largo de un sistema nervioso, por decirlo así, y cómo los investigadores, vinculados en su conjunto con el aparato de la biblioteca, formaban un ser muy complejo y en continuo desarrollo, que necesitaba alimentarse de miríadas de palabras para poder producir a su vez otras miríadas de palabras. Creo que esa película, que sólo he visto una vez pero que en mi imaginación se ha vuelto cada vez más fantástica y monstruosa, llevaba el título de Toute la mémoire du monde, y había sido hecha por Alain Resnais." (W. G. Sebald, Austerlitz, Anagrama-Compactos, n350, Barcelona, 2004 -or. 2001, trad. de Miguel Sáenz, pág. 261)
Como habríais hecho vosotros, yo también busqué ese documental de 1956. Aquí está. Ni qué decir tiene, que merece la pena. Sobre todo, viéndolo en paralelo con este otro, que protagonizaba una antigua entrada tarabelesca.
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